Redacción. Helsinki
Investigadores de la University of Eastern de Finlandia han reconocido que se necesitan métodos más estandarizados para la preparación de medicamentos pediátricos a partir de los que ya hay para pacientes adultos. Esta práctica suele ser habitual en las farmacias hospitalarias cuando no hay un fármaco específico para uso pediátrico en presentaciones administradas por vía oral, bien en polvo o en cápsulas, pero la cantidad de principio activo puede variar ampliamente en el momento de la manipulación.
La doctorando Minna Helin ha analizado la uniformidad del contenido y estabilidad física y química de diferentes dosis de la nifedipina, un fármaco utilizado para el tratamiento de la hipertensión pulmonar en niños con displasia broncopulmonar. Así, se observó que, en la presentación líquida, agitar bruscamente el frasco del fármaco afecta a la uniformidad del contenido, lo que dificulta la tarea de buscar una dosis apta para menores.
El estudio también ha mostrado que cuando la nifedipina se administró en forma de polvo, la cantidad de fármaco obtenida por el paciente pediátrico era demasiado baja, menos del 80 por ciento del total, ya que una gran parte de la que falta se quedó en las bolsitas donde se incluye el medicamento.
En cambio, las cápsulas son más recomendables a la hora de seleccionar bien la dosis, vaciando su interior, pero impide contar con el beneficio de los excipientes, como la lactosa soluble, que evita la oclusión del tubo nasogástrico. "Los medicamentos preparados en las farmacias hospitalarias son útiles para muchos pacientes", reconoce Helin, que no obstante matiza que aún queda mucho para poder adecuar los productos que de ahí se obtienen para su uso pediátrico a los que se fabrican específicamente para este grupo de población.
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